Descripción
Los trabajadores, los productores reales, en posesión de las fábricas, de las tierras, de los medios de transporte, de las minas, pueden establecer un régimen económico que atienda a las necesidades de los hombres. Sólo ellos pueden trabajar con el sentido de la satisfacción de las exigencias del pueblo, uniendo la producción al consumo en un conjunto solidario. El capitalismo no puede sino aumentar la miseria con su progreso técnico incesante, no puede sino llenar los depósitos de mercaderías en medio de multitudes hambrientas y desnudas, o paralizar la producción de lo más indispensable, de aquello que más necesitan las grandes masas incapaces de adquirirlo con dinero, porque el dinero de las grandes masas tiene por fuente el salario, y el salario falta cuando el puesto de los trabajadores en la producción es ocupado por la máquina.